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Voy a compartir contigo una práctica de alimentación consciente.

¿Qué es el Mindfuleat o alimentación consciente? ¿Cómo ponerlo en práctica? ¿Para qué sirve?

Bienvenidos a ‘lunes de consulta’, el tema que abordamos el día de hoy es el mindfuleat. Junto con el Doc. Jorge Franco tocaremos temas como, qué es el mindfulness, y cómo puede ayudarte a ser más consciente en tu día a día . Recuerda, que puedes ver el video en Youtube y seguir nuestras páginas de Instagram, TikTok y Twitter para estar más informado, gracias.

Voy a compartir contigo una práctica de alimentación consciente. Si quieres, ponle pausa al vídeo mientras que vas y traes una bebida caliente, cualquier bebida. Antes de iniciar, quiero compartir una frase: ‘la vida es lo que sucede mientras pensamos en otra cosa’. Transcurre la vida y nuestra mente está en todos lados menos en el momento presente, estamos con nuestros hijos, con nuestros seres queridos, estamos almorzando, comiendo, en la ducha, nuestro cuerpo está ahí, pero nuestra mente está en otro lado. La mente está narrando, opinando, juzgando, planeando, en el futuro, en el pasado, lamentándose, en todos lados menos en el único momento que existe, que es el presente. El presente es el único espacio que tenemos para relacionarnos con la vida, con nosotros mismos, con nuestros seres queridos y no estamos ahí. 

¿Qué es el mindfulness?

Mindfulness es cultivar la capacidad de estar presentes. Mindfulness es llevar la atención al momento presente con una actitud de aceptación, de no juzgar, de no estar intentando cambiar las cosas que están sucediendo. Es observar; observar con amabilidad y este estado se cultiva con la práctica de la meditación.

¿Qué tipos de prácticas existen?

Hay dos tipos de prácticas: las prácticas formales, la meditación sentado, las prácticas de escaneo corporal, el yoga o la práctica de movimientos conscientes, hacer un retiro de silencio de varios días y están las prácticas informales que es llevar el mindfulness al día a día, a las diferentes actividades, a la vida cotidiana y la alimentación consciente es una de esas prácticas.

Hágamos una práctica de mindfulness...

Voy a pedirles que busquen una postura cómoda, dejen cualquier distractor que tengan a su lado, pidan a la gente que está cerca a ustedes que por favor no los interrumpan por los siguientes 5 a 10 minutos, ponga la bebida caliente que hayan elegido, ponganla al frente de ustedes y estando en una postura cómoda, los invito a cerrar los ojos y a llevar la atención a la respiración.

No es necesario respirar de una manera diferente, se trata solamente de sentir la respiración. Podemos sentir la entrada y la salida del aire a través de nuestras fosas nasales. Podemos sentir el movimiento rítmico de nuestro pecho o de nuestro abdomen con la respiración.

Ahora, que ya hemos traído nuestra mente a casa, al momento presente. Vamos a explorar la bebida que tenemos al frente de nosotros, lo puedes hacer con los ojos cerrados, con los ojos abiertos, como te sientas más cómodo, más cómoda. Vamos a explorarlo con el tacto, vamos a tocar la taza con nuestras manos y seamos conscientes de la sensación física que se produce cuando ponemos nuestros dedos, nuestra mano en contacto con la taza caliente.

Vamos a hacerlo con los dedos uno a uno. Primero, con el pulgar, con el índice, con el dedo medio, con el anular, con el dedo meñique. Uno a uno, sin ningún afán. 

Ahora, los invito a hacerlo con los dedos de la otra mano, tomando conciencia de la sensación, el contacto de nuestros dedos con la taza caliente. Se trata solamente de sentir, de ser consciente de las diferentes sensaciones. Si notamos que nuestra mente está opinando, juzgando o que nuestra atención está en otro lado, es completamente normal; lo que hace la mente. No significa que lo estemos haciendo mal. La práctica consiste en aprender a darnos cuenta cada vez que nuestra mente se ha ido a otro lado, darnos cuenta hacia dónde se fué nuestra atención y dejar pasar, y llevar la atención nuevamente al momento presente, a las sensaciones del contacto de nuestras manos con la taza.

Vamos a observar nuestra bebida. Vamos a explorar el color de la bebida,  sus brillos y opacidades, si se refleja o no se refleja la luz. Es solamente observar con una actitud curiosa, con mente de principiante; es como si fuera la primera vez que tenemos esta bebida al frente de nosotros, como si nunca hubiéramos tenido contacto con ella y quisiéramos ser conscientes de cada una de sus características.

Si notas que tu atención va de un lado a otro, llevar la atención a la respiración mientras observamos la bebida, nos puede ayudar como ancla para mantener la atención y la conciencia en el momento presente.

 

Ahora, vamos a explorar la bebida con nuestro olfato, seamos conscientes de cada sensación. Pueden ser sensaciones agradables, desagradables, neutras, con solamente sensaciones, no es necesario juzgarlas ni opinar sobre ellas. Seamos conscientes de la sensación, de su aroma y de su olor.

Los invito, con un dedo a taparnos una fosa nasal y nuevamente, oler la bebida con una sola fosa nasal. Ahora, cambiamos de dedo y tapamos la otra fosa nasal, y olemos nuestra bebida con la fosa nasal opuesta. Nuevamente, con las dos fosas nasales destapadas.

Ahora, lentamente vamos a ir acercando el pocillo a nuestra boca, antes de dar un sorbo, tomemos conciencia de la sensación del contacto de nuestros labios, nuestra boca con el pocillo. Observamos las diferentes sensaciones físicas que se presentan en este momento. Hay salivación, si hay impaciencia por tomarse rápido la bebida, cualquier sensación es bienvenida. Se trata de tomar conciencia de la presencia de las diferentes sensaciones. Vamos a tomar un pequeño sorbo y tomar conciencia de todas las sensaciones que se producen, de las sensaciones térmicas, los sabores, la salivación, todo lo que esté presente.

Al pasar el sorbo, tomemos conciencia de todas las sensaciones en nuestra boca, en nuestra garganta, en nuestro estómago. Antes de dar el siguiente sorbo. Tomemos un par de respiraciones de manera atenta y consciente. 

Nuevamente, vamos a tomar un sorbo, la cantidad que ustedes deseen, lo importante es mantener la atención en la experiencia, en cada detalle la experiencia. Tomar conciencia, la sensación que se produce cuando toman el pasillo con sus manos, la sensación térmica cuando lentamente lo van acercando a su boca, cuando alcanzan a sentir su aroma, cuando la bebida entra en contacto, con sus labios, con su boca, con su lengua, con su mejilla, su paladar, con toda la cavidad oral, de toda la sensación que se produce cuando pasan cada sorbo.

A veces, cuando una actividad la hacemos de manera repetida, de manera cotidiana, como tomar una bebida, se nos convierte en algo mecánico y rutinario. A veces, olvidamos la riqueza de la experiencia, la cantidad de sensaciones que pueden haber detrás de una taza con una bebida caliente.

Nuevamente, los invito y las invito a tomar otro sorbo, haciéndolo con mente de principiante, como si fuera el primer sorbo que están tomando con curiosidad, tomando detalle de cada sensación con todos los sentidos, el tacto, la vista, el olfato y el gusto. Tomando conciencia de las diferentes sensaciones físicas que se producen al tomar nuestra bebida.

Ahora, los invito y las invito a poner la taza sobre la mesa o la superficie que tengan más cercana y mantengamos la atención en la respiración por unos segundos. Atentamente, abramos nuestros ojos con conciencia de cada detalle de la experiencia, de cómo nos sentimos, de nuestro entorno. Si lo desean, pueden estirarse, moverse, cualquier cosa que sea necesaria para cuidar su cuerpo, para estar cómodos.

Piense la cantidad de cosas que podemos aprender de una taza, de una bebida caliente; la cantidad de enseñanzas que nos puede dejar una práctica tan sencilla como la alimentación consciente. Primero, estamos muy desconectados de la vida, pasamos, dejamos pasar gran parte de la experiencia por la tendencia de nuestra mente a estar en piloto automático, a estar todo el tiempo hablando, narrando y no nos damos cuenta de ellos.

Segundo, cuando yo les hablaba de la actitud de mente de principiante, los seres humanos generalmente tenemos lo contrario a la mente de principiante, que es mente experta. Allá tenemos un juicio sobre las cosas, esto me gusta, eso no me gusta, esta persona me cae bien, esta persona me cae mal. Muchas veces juzgamos a una persona solamente por su apariencia o que se nos parece a alguien y los juicios nublan la atención y la conciencia, y no nos dejan ver la realidad, nos distorsionan mucho.

Ahora un cuento...

Hay un cuento budista que resalta esta actitud de la mente de principiante y es un académico, un estudioso, que fue a visitar a un maestro budista. Quería entrevistarlo y el maestro budista lo hizo entrar a su casa, le ofreció una taza de té, y comenzó a servir el té y se llenó la taza, comenzó a regarse y seguía sirviendo la tasa de té y el famosísimo estudioso le dijo: ya, ¿pero qué le pasa? No sea bruto. ¡Mire que ya está regando el té! Y, el maestro de manera muy sabia y muy sencilla le dijo: así puede ser a veces la mente del ser humano, en una taza de té llena ya no entra nada más. Es importante vaciar la taza, estar con mente de principiante para realmente poder aprender y entrar en contacto con la experiencia.

Ojalá, esta práctica les haya ayudado a entender y a vivir mejor el concepto de lo que es mindfulness y de lo que pueda aportar en nuestras vidas y en la vida de las personas que están alrededor de nosotros. 

¿Cómo voy a relacionarme yo? ¿Cómo voy a amar yo? Si no estoy presente, si mi mente está en otro lado, por favor comparte este video y muchas gracias por estar aquí.

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